13.4.08

Estoy triste

Soy un partidario acérrimo del concepto 2.0. De las Wikis, de los catálogos sociales, de Second Life, de Facebook y Myspace, de Deli.cio.us, de Gmail, de todas estas cosas. Y creo que para el futuro de las bibliotecas esta idea es fundamental. Y veo que hay compañeros que ven esto como una especie de amenaza, como una rémora que se añadirá a su ya excesiva carga de trabajo.

Es una pena. Quizá sea un problema de la estructura de nuestras organizaciones. En ellas siempre se pide que se haga todo lo mejor posible y, si se puede, gastando la menor cantidad de dinero. Hay muchos aspectos de la Web 2.0 que cuestan muy poco y, sin embargo, hay compañeros que no parecen estar muy por la labor. Aún hay muchas personas demasiado aferradas a las ISBD, a la CDU y a cosas semejantes, personas que parecen no querer evolucionar, no ir con los tiempos y que no ven que las posibilidades tecnológicas de hoy en día no cuadran con la idea que algunos tienen de la disponibilidad de la información. No podemos seguir con unas normas que están basadas en la estructura que tenían las bases de datos a mediados de los años sesenta del siglo XX.

Es triste comprobar que ante las innovaciones, ante lo nuevo, haya personas que se enroquen, que digan que ya tienen demasiado trabajo, que no pueden asumir las novedades, que quieran seguir en lo antiguo, que renieguen de la tecnología, que no vean que lo nuevo sirve para mejorar el servicio que damos a los usuarios...

En fin, es triste que aún muchos de nosotros tengamos como máxima aspiración catalogar doce libros al día siguiendo escrupulosamente las ISBD y eligiendo el mejor encabezamiento de materia olvidándonos de que los actuales sistemas de recuperación de la información no dan importancia alguna a estos aspectos...

Todavía hay mucho retrógrado entre nosotros.