28.8.20

Novedad en Turnitin: Marcas de alerta


A la vuelta de las (presuntas) vacaciones y al entrar por primera vez a Turnitin, me he encontrado con una novedad: las "marcas de alerta" (o "flags" en la versión en inglés). Como os imaginaréis, me llevé una buena sorpresa y como mi curiosidad es casi patológica, me puse a indagar (ya que en ninguno de los informes que saqué desde entonces me salió nada en este apartado)

¿Qué son las marcas de alerta?

Si no lo he entendido mal, a partir de ahora el algoritmo de Turnitin no solo detectará coincidencias de texto, sino también otras cosas "sospechosas". Fundamentalmente dos, lo que llama (como veis en la imagen), "texto oculto" y "caracteres reemplazados".

Consultando la ayuda, he leído con cierta sorna cómo hablan de los vídeos que proliferan en YouTube con diversos trucos para "engañar" a Turnitin. Uno de esos trucos es, al parecer, la inclusión de texto oculto. El ejemplo que ponen es colocar comillas antes y después de un texto plagiado. De ese modo, si tenemos activa la opción de excluir citas, el programa no consideraría esa parte como una coincidencia, sino como una cita y no la resaltará. Pues desde ahora se acabó el chollo, ya que se nos indicará como una marca de alerta.

En cuanto a los caracteres reemplazados, otro truquito de los tramposillos es sustituir alguna letra del alfabeto latino por otra que sea parecida del griego o del cirílico, por ejemplo. De ese modo, el programa tampoco encontraría la coincidencia. Pues otra picardía que tampoco va a valer ya, pues desde ahora se nos señalará como otra marca de alerta.

Si queréis ver la explicación que da Turnitin y algún ejemplo gráfico de cómo nos señalarán esos caracteres reemplazados (que no pongo aquí para que no se considere plagio), consultad la página correspondiente (en inglés).

6.8.20

"Las hermanas Sutil": nuevo caso de la inspectora Susana Gutiérrez (en la pandemia)


Sigo con el paréntesis literario, propiciado por las vacaciones. Pronto volveré con otras cosas más serias y prácticas, pero dejadme que ahora os presente al último miembro de la familia, Las hermanas Sutil, el nuevo caso que ha de resolver mi querida Susana. Os voy a copiar aquí el prólogo que por primera y acaso por única vez he puesto a una de sus novelas (en seguida sabréis por qué), no sin antes indicaros que, como veis en la foto, hay un marcapáginas en el libro: se lo está leyendo mi chica, que es la crítica más implacable de mis garabatos (¡a ver qué me dice!...) Ahí va el prólogo, que a la vez sirve como presentación:

Nunca he sentido la necesidad de poner un prólogo a las historias de la inspectora Susana Gutiérrez Mon. Siempre he pensado que hay que cederle la voz, para que cuente sus peripecias y nos haga partícipes de ellas. Sin embargo, voy a hacer una excepción, sobre todo para explicar el subtítulo de «novela de la pandemia» que lleva este relato. 

El embrión de la historia de las hermanas Sutil se me ocurrió un par de meses antes de que la dichosa pandemia entrase en nuestras vidas. Fue curioso, pues creo que fue la primera vez que elegí el título de una novela –una tarea que siempre me cuesta mucho trabajo– antes de comenzar a escribirla. Pero luego, como digo, la pandemia no solo entro en mi vida, sino que se coló en la novela que empecé a escribir en los peores momentos, a finales de marzo, cuando la transmisión del maldito virus parecía no tener freno y aún se veía muy lejano el ya célebre y tan deseado «pico». Fue inevitable, por tanto, que esta situación horrible no interviniera como un personaje más en la trama que había ideado antes de su llegada y a la que no había sido invitada.

Pero quizá el impulso principal de este prólogo-explicación haya sido leer a ciertas personas renegar de la cantidad de «basuras escritas en quince días» que iban a aparecer como consecuencia de estos momentos de cruel confinamiento (hay que decir que, para asombro de muchos, el filósofo esloveno Slavoj Žižek ya publicó a finales de marzo un libro titulado Pandemic! acerca de la COVID-19 y la necesidad de reformar la sociedad actual, cuando ni siquiera se atisbaba el tremendo alcance que tendría la epidemia; estuvo disponible en español en el mes de mayo). «No habrá escritorzuelo que no pretenda dar su versión de esta época que nos ha tocado vivir, y ¿a quién le importa eso?», decían algunas voces, lamentándose de esta marea de gente que escribe –y que se cree escritora– propiciada por las redes sociales y las plataformas de autopublicación. 

Quien escribe se refleja siempre en sus obras de una u otra manera y quien diga lo contrario miente. Por muy fantasiosa que sea la historia, por muy alejada que parezca de la experiencia vital de quien la ha creado, siempre hay algo que se trasluce en los personajes que ideamos. Yo he utilizado mil veces a mi inspectora Gutiérrez para expresar mis opiniones sobre muchos de los aspectos de la sociedad en que vivo. ¿Por qué no convertirla ahora en vehículo de la multitud de sentimientos que una situación así ha provocado en mí y en quienes me rodean? 

Quizá sean fundadas las quejas de quienes ven intrusos en todas partes borrajeando páginas y más páginas sobre cómo ha afectado la pandemia a sus vidas –o sobre cualquier otra cosa. No obstante, en descargo de quienes lo han hecho –de quienes lo hemos hecho– habría que decir que esta «generación sin tragedia», como alguien que no recuerdo la ha calificado, ya tiene la suya. ¿Acaso habría que reprochar a las que vivieron la segunda guerra mundial, por ejemplo, que tal acontecimiento influyese en lo que escribieran o que impulsaran a mucha gente a poner por escrito sus experiencias relacionadas con aquella terrible tragedia? 

En definitiva, aquí tenéis un nuevo caso de la inspectora Susana Gutiérrez donde además os contará cómo ha reaccionado ante las diferentes etapas que hemos vivido durante la pandemia provocada por el coronavirus, desde el estricto confinamiento inicial hasta la «nueva normalidad» –de nombre tan inquietante–, pasando por las sucesivas suavizaciones del encierro. Es muy probable que sus reacciones coincidan, al menos en algún caso, con las vuestras y os identifiquéis con ella.

Si he sido capaz de suscitar vuestro interés, tenéis esta novela disponible en Amazon, tanto en formato Kindle como en papel.