17.3.23

Mi experiencia con ChatGPT

(Imagen: Gerd Altmann, Geralt)

Llevo mucho tiempo leyendo cosas sobre los chats con inteligencia artificial detrás (en especial ChatGPT, de OpenAI) y me he resistido a probar hasta ahora. He de decir que mi interés aumentó desde el momento en que herramientas de control de plagio como Turnitin (la que habitualmente utilizo en mi trabajo) también empezaron a interesarse en la detección de textos generados por inteligencia artificial. No me voy a meter en disquisiciones éticas sobre el uso de esta herramienta, por ejemplo, para escribir textos en tesis doctorales, aunque tengo mi opinión (no me parece bien). Y no me meto porque aún no tengo clara la utilidad o no de estos recursos, al menos en su estado actual (imagino que su evolución será vertiginosa). Os voy a contar mi experiencia (un tanto chusca, a decir verdad), que tiene que ver además con mis veleidades literarias.

Festival literario

Ayer mismo me creé la cuenta gratuita y empecé a chatear con ChatGPT. Tiré de mi vanidad y le pregunté sobre mí. Como es lógico, me respondió que no me conocía de nada (faltaría más). Pero soy insistente, y la siguiente pregunta fue sobre mi primera novela publicada, El cerro de Garabitas. La respuesta me dejó helado:


¡Horror! ¿Y si resulta que es verdad? No me sonaba que Muñoz Molina hubiese escrito nada que se llamase así, ya tuve cierto cuidado al elegir el título para que no se hubiese utilizado ya. Pero como el cerro de Garabitas es un lugar que siempre se ha de mencionar si hablamos de la guerra civil en Madrid, nunca se sabe... Cuando comprobé que no era cierto, suspiré de alivio y torcí el gesto. ¡Vaya inventiva que tiene esta herramienta! Pero no me quedé a gusto. Probé con otro título que seguro que nadie había utilizado, El cuaderno de Chamberí, la primera novela de mi querida inspectora Susana Gutiérrez. (Es más, en su día ya lo cambié; originalmente fue El cuaderno azul, igual al de un libro del médico y escritor James A. Levine). Como diría un especialista en clickbaits, el resultado no os dejará indiferentes:


¡Esta se la atribuye a Ana María Matute! Pero si leéis con detenimiento veréis que el argumento es el de Barrio de Maravillas, de Rosa Chacel. Vaya mezcolanza, vaya batiburrillo... ¿Y a esto es a lo que algunos ven tremendas aplicaciones en la escuela? ¿O es que yo he tenido mala suerte en mis peticiones? Ahora, lo mejor llegó con mi tercera pregunta, esta vez sobre mi novela más larga y que más tiempo tardé en escribir, La quinta de Canillas:


He de reconoceros que al ver atribuida mi humilde obra nada menos que a Galdós estuve a punto de soltar una lagrimilla... de la risa.

En definitiva, que o mucho mejora esto o no sé si va a ser un problema que los estudiantes lo utilicen para no tener que escribir trabajos. Si le preguntan por La Celestina y cuenta la trama de El alcalde de Zalamea o atribuye El Quijote a Bob Dylan no creo que haya que esforzarse mucho para detectar las "trampas".

Pero hay quien se lo toma en serio

Como he dicho al principio de la entrada, quienes desarrollan Turnitin ya están pensado en cómo hacer para detectar los textos generados por inteligencia artificial. Hace ya un tiempo me topé con una entrada de su blog que trataba sobre ello, pero es que ahora tienen todo un portal dedicado a la escritura por IA: AI Writing & Turnitin. También vi un vídeo en el que daban un adelanto sobre las capacidades de la herramienta para detectar esos textos y que os inserto a continuación:


En fin, que ya veremos qué ocurre en un futuro próximo. Termino con uno de mis "ingeniosísimos" tuits: