En el verano de 2016 ya hablé por aquí de Variaciones sobre tres nombres, la primera novela que fui capaz de terminar y por la cual, como es lógico, siento un cariño especial. No quiero repetir lo que dije en aquella entrada y a ella os remito. Sin embargo, he de reafirmarme en que es, aunque esté feo que lo diga yo, una novela muy bonita, con unos personajes femeninos que están entre mis criaturas más preciadas -de hecho me he resistido a "dejarlas atrás" una vez terminé con esta novela y han aparecido en otras de las que he escrito desde entonces- que protagonizan una serie de historias de amor enmarcadas en el Madrid de los últimos años del siglo XIX. Se trata de una ubicación -la villa que me vio nacer- y una época -la Restauración- que me fascinan, por lo que intenté esmerarme lo más posible al escribirla, buscando por ahí viejos periódicos y otros documentos para que lo que en ella se dijese estuviera lo más cercano posible a la realidad. Es un acto de amor por la lectura, además, pues su hilo conductor es otro libro, el poemario Las chansons de Bilitis, de Pierre Louÿs y algunas de sus protagonistas no tienen reparos en confesar que sus libros son su mayor tesoro o su refugio.
Autopubliqué esta novela por esa época, más o menos, en el verano de 2016. Ahora, la editorial Playa de Ákaba me ha dado la oportunidad de que aparezca de nuevo, esta vez manejada por profesionales de la edición. La han puesto en preventa en Espacio Ulises y allí espero que quienes no la tengáis la pidáis. Aparecerá en papel en marzo del año que viene, si las cosas se dan bien. Por entonces espero poder presentarla en sociedad como se merece. ¡Ojalá sea así!
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