14.8.18

Segunda edición de "Fanny y otros relatos"


En la entrada anterior expliqué los motivos que me habían llevado a sacar por mi cuenta una segunda edición de mi novela La vida ha de seguir y, por lo tanto, a ella me remito, pues no son distintos para este caso. Lo que sí voy a repetir es que deseo que la aparente desaparición de la editorial Playa de Ákaba sea eso, solo aparente, y pronto la tengamos de nuevo dando difusión a la obra de autores desconocidos. En el caso del libro del que trata esta entrada, Fanny y otros relatos, hay otra: la inclusión de un par de cuentos que por uno u otro motivo no pudieron aparecer en la primera edición de marzo de 2017. Agotados los 140 ejemplares de esa primera edición, la segunda está disponible en Amazon, tanto en papel como en formato Kindle.

Como en el caso de La vida ha de seguir, os incluyo aquí el prólogo a esta segunda edición, donde explico con más detalle lo que se puede encontrar en este libro, en cuya cubierta, por cierto, he conservado el dibujo que hizo mi hija Inés.

PRÓLOGO PARA LA SEGUNDA EDICIÓN 

En marzo de 2017 publicó Playa de Ákaba la primera edición de este volumen, que contiene la novela corta Fanny y todos los cuentos sueltos que he conseguido terminar en los últimos veinte años, más o menos. Alguien se podría preguntar cómo es posible, si el intervalo es tan largo, que el tomo sea más bien poco grueso. La respuesta es sencilla: siempre me ha gustado escribir, pero durante mucho tiempo era uno de esos pasatiempos que se dejan al margen, porque siempre aparece algo más importante que hacer. Sin embargo, desde que en junio de 2015 la editorial Libros.com aceptó publicar mi novela El cerro de Garabitas (la segunda que completé desde que en las Navidades anteriores comenzó mi efusión literaria) me lo tomé algo más en serio, después de años y años de barbecho. Luego, por medio de Paz Martín-Pozuelo, escritora y compañera en la Universidad Carlos III, conocí Playa de Ákaba, la magna empresa de Noemí Trujillo, poeta e incansable «agitadora cultural», que fue la primera que tuvo a bien dar a la imprenta uno de mis cuentos, en concreto El viaje de Beatriz, en el segundo tomo de la antología Generación Subway. La sensación que tuve al ver por primera vez mi nombre y mis palabras en las páginas de un libro no la olvidaré jamás y solo por eso se merecen tanto esa mítica y laurentina playa como Noemí mi eterna gratitud. 

¿Por qué esta segunda edición? Aparte de corregir algunas erratas de la primera, debidas a mis prisas porque apareciese el libro cuanto antes, he querido incluir un par de relatos que no estuvieron allí. Uno se titula Un escritor en ciernes (*), de los primeros cuentos que escribí –y que conservo–, cuyo tono tal vez demasiado sarcástico me impidió proponerlo para su inclusión en alguna de las antologías en las que sí aparecieron muchos de los otros. El segundo es Patricia, del que os hablo un poco más abajo. 

Voy aprovechar, además, para dar una somera descripción de lo que tú, que has tenido la amabilidad de abrir este libro, te vas a encontrar. 

Fanny es una breve novela que está basada en un personaje real al que tengo gran aprecio: Fanny Giannatasio del Río. Se trata de una dama vienesa que, en el primer tercio del siglo XIX, tuvo tratos con Ludwig van Beethoven y dejó plasmada en su diario la fascinación que sintió por el gran genio de la música. Siempre he pensado que los biógrafos del compositor la han tratado con cierto paternalismo no exento de burla y por eso he querido homenajearla convirtiéndola en la heroína de mi texto, basado –con bastante fidelidad– en su diario pero cuya acción se traslada de la Viena del Congreso al Madrid de 1964-69.

He dicho heroína pero sería más propio llamarla antiheroína. Fanny es una mujer de su tiempo (la Viena del Biedermeier o la España de los «veinticinco años de paz»), es todo lo contrario a lo que puede y debe aspirar una joven de hoy en día. Sin embargo, su sentimiento es tan sincero y conmovedor que, si procuramos no cometer el error, tan habitual hoy en día, de sacarlo de contexto, nos puede contagiar sus emociones y no dudo de que Fanny gozará de la simpatía de quienes la conozcan.

Tras Un escritor en ciernes viene El loco del puente, poco más que una tragicomedia juvenil que data, con seguridad, de los años inmediatamente posteriores a la finalización de mi carrera, cuando aún sentía cierta nostalgia por mi época estudiantil –y cuando mi forma de escribir era más que ampulosa... 

Vanidad fue mi primera incursión en el género fantástico y también el primer relato que presenté a un concurso literario, por supuesto sin éxito. 

Huellas ferroviarias en el valle del Alberche más que un cuento es un breve ensayo, unas impresiones causadas por los restos del modesto ferrocarril nonato que tuvo la pretensión de unir Madrid con Extremadura y Portugal pero apenas pasó de San Martín de Valdeiglesias. Es el único de mis textos que ha obtenido un premio. 

Revancha fue fruto de eso que he llamado «efusión literaria», que proseguía tras la terminación de Variaciones sobre tres nombres, la primera novela que fui capaz de concluir. Tiene mucho que ver con ella, aunque no lo parezca. 

Viaje astral por Getafe es un arabesco hecho en homenaje a la ciudad en la que vivo desde hace más de veinte años y a sus gentes, aunque sea a través de la ironía –no siempre piadosa. 

Con El viaje de Beatriz quise compensar, de alguna manera, a un importante personaje de mi novela El cerro de Garabitas, por su tardía aparición en la historia. 

Próxima estación… está bastante en su línea; él y el anterior son los relatos más «Generación Subway» de todos. 

El asunto de Una cantata de Navidad no es muy difícil de deducir; su fuente de inspiración fue la maravillosa obra musical del mismo nombre, del compositor francosuizo Arthur Honegger. 

Al intento de incursión en la lírica de El paraíso es… sigue La residencia, un cuento que es un homenaje a Poe y que se basa en un relato que escribí en 2002, tras una visita estival a una residencia similar en la costa de Málaga, y cuya versión original incluyo en el Apéndice de este libro. 

Mas para incursión en lírica la de Un beso, un sueño, lo más cercano a la poesía que haya escrito jamás. 

Otra vez el Edén en el título de Dos paraísos, donde se nos propuso la utilización de la célebre frase de Borges relativa a las bibliotecas. 

En Lo importante destaco el contraste entre la superficial vida que llevamos hoy en día y la sencillez de quienes saben lo que merece la pena de verdad. 

El Villancico de los niños que ya no tienen casa vuelve a la Navidad y vuelve a la música, pues ese es el título de la canción de Claude Debussy que me dio pie para este texto. Más que un cuento es una pequeña escena teatral de la cual hago protagonistas a mi querida inspectora Susana Gutiérrez y a su pareja, Asís. 

Por último, Patricia, que no dio tiempo a insertar en la primera edición y que es un homenaje a Virginia Woolf y a su forma de entender la literatura –con la que coincido bastante– y la vida de las mujeres. 

Para terminar, me vuelvo a dirigir a ti, que tienes este libro abierto, para desear que disfrutes de él.

(*) Ni que decir tiene que la novela del mismo título, protagonizada por la inspectora Gutiérrez y de la que ya hablé por estos pagos, está basada en parte en este cuento.

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