29.1.20

Más sobre Turnitin: cómo excluir fuentes


¡Aaaaaargh! ¡He sacado el informe de Turnitin sobre un trabajo que me han entregado y ha salido un 97 % de coincidencia! ¡Plagio! ¡Anatema! ¡Horror! Como se sepa... ¡Ya no seré nunca ministro, ni siquiera director general...!

Venga, venga, no caigamos en histerismos, por mucho que el clima político-social de hoy en día sea un perfecto caldo de cultivo para ello. En esta vida casi todo tiene remedio...

Partamos de ese resultado: un porcentaje elevadísimo de coincidencia en un informe de Turnitin. ¿Qué quiere decir esto?

La respuesta es de cajón: el programa ha detectado que el 97 % del texto que hemos subido aparece también en otras fuentes, en las fuentes que suele consultar: repositorios de Internet, revistas de acceso abierto, páginas Web y (tengamos esto muy en cuenta) su propio repositorio interno.

¿Cómo lo interpretamos? Es evidente que esto puede querer decir que quien ha escrito el trabajo ha plagiado miserablemente. Si es así, asunto terminado. Expulsión a las tinieblas exteriores, donde todo es llanto y crujir de dientes...

Pero también hay otras interpretaciones y ahí es donde recupero la cuestión del repositorio interno de Turnitin que acabo de mencionar. En la entrada anterior ya os hablé de él. Cuando se configura un ejercicio en Turnitin una de las opciones que hay es almacenar los archivos que se suban en ese repositorio. Esto tiene sus ventajas y también sus inconvenientes.

La ventaja fundamental es que desde ese momento Turnitin también considerará ese archivo a la hora de comparar otros trabajos y así podremos saber si otra persona ha copiado el primer trabajo. Dicho a las claras, si mi estudiante del curso pasado le ha pasado su trabajo a un amiguete del curso presente y lo ha fusilado, sin más. Hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones ni los trabajos de fin de máster ni los de fin de grado se almacenan en repositorios institucionales, de modo que esta sería la única forma de saber si son objeto de plagio.

Ahora, también presenta inconvenientes. En el caso de las tesis doctorales, por ejemplo, no lo hacemos (hablo del caso que conozco, que es el de mi universidad), porque muchas veces se producen modificaciones y correcciones de última hora y se han dado casos de tesis que han pasado hasta cuatro veces por el control antiplagio antes de seguir con el procedimiento. Si las hubiésemos almacenado, la segunda vez que las hubiéramos subido saldrían esos porcentajes horribles dado que suelen ser simples retoques.

Y claro, están los "accidentes". Esta especie de histeria propiciada por las noticias relacionadas con el plagio ha hecho que mucha gente se ponga un poco nerviosa. Nervios que yo siempre considero un tanto infundados, porque quien no ha plagiado (que es la inmensa mayoría) no debería tenerlos. Cierto que hay gente que tiene ciertas dificultades a la hora de citar bien los textos, sobre todo cuando las citas son literales, pero para eso está la interpretación de los informes, para distinguir entre una cita mal hecha y un plagio.

Pero no me quiero ir por los cerros de Úbeda. Esa "histeria" ha propiciado que haya gente que quiera pasar su propio "control" antes del oficial y, por ejemplo, le pide el favor a un amiguete de la Universidad X, donde también se usa Turnitin, a ver qué pasa. Y lo que pasa es que cuando nos llega a nosotros sale un muchísimo por ciento de plagio cuya fuente es un trabajo entregado a la Universidad X, con lo que ello supone a la hora de identificarlo con precisión (véase la entrada anterior).

Vaya follón, ¿no? Pues no, porque es fácilmente solucionable. Si sabemos con toda certeza que ese tremendo porcentaje de coincidencia proviene de un "errorcillo" es fácil excluir la fuente para que el informe que salga se ajuste a la realidad, es decir, que no estemos comparando nuestro trabajo consigo mismo. ¿Cómo hacerlo? Vayamos al informe de Turnitin; en él pulsaremos en el porcentaje que nos sale a la derecha de la pantalla para que nos aparezcan las fuentes de coincidencia:


La columna de la derecha se abre y muestra dichas fuentes:



¡Huy, esa del 16 % qué poco me gusta! Si resulta que entro y es una versión anterior en la que he basado esta y que publiqué en... Luego, me interesaría prescindir de ella. ¿Cómo lo hago? Primero, pulsando sobre la figura en forma de flecha que hay a su derecha:


La pantalla cambiará y aparecerá algo así:


¿Habéis visto el botón que está abajo del todo? "Excluir fuentes". ¡Ahí está la magia! Pulsémoslo:


Seleccionemos luego el cuadrito que os he marcado con un óvalo rojo; así marcaremos tanto la fuente principal como todas las "subfuentes" (otros documentos del mismo repositorio donde se han encontrado mínimas coincidencias). Veremos que entonces el botón gris que abajo nos dice "No se ha seleccionad..." cambia y se convierte en esto:


Una vez pulsemos "Excluir", el programa eliminará esa fuente de coincidencia y recalculará el porcentaje de similitud. En nuestro caso, hemos pasado de un sospechosillo 29 % a un mucho más presentable 17 %:


Así que, como veis, es bastante sencillo excluir fuentes y de ese modo corregir "pequeños deslices" causados bien por despistes o bien por esa ansiedad que si no es por tenerte en mis brazos musitando palabras de amor no es buena.

Por cierto, el proceso es reversible. Si por el motivo que sea queremos restaurar las fuentes no tenemos más que pulsar en el icono que representa una señal de prohibición:


En la siguiente pantalla tendremos la opción de restaurar todas las fuentes excluidas o bien las que seleccionemos mediante los correspondientes cuadritos:


Y eso es todo, amigos.








2 comentarios :

Paloma dijo...

Muchas gracias Paco por tus lecciones de Turnitin. Muy bien explicado y con detalle! .
Un saludo. Tu compa Paloma

Paco López-Hernández dijo...

Gracias a ti por leerlo... :-)