15.12.20

Llegó el 15 de diciembre... Llegó el "Día de Garabitas"


Año raro este... En la primera entrada del olvidable 2020 hablé de orillar un tanto mis veleidades literarias y de tratar aquí más bien cosas prácticas relacionadas con mi verdadera profesión, la de bibliotecario. En parte lo cumplí, pero la maldita pandemia se puso por medio y el propósito se ha quedado más bien en eso, en un deseo. Ahora vuelvo a tener abandonado el blog, sin publicar nada desde agosto, pero... Ha llegado el 15 de diciembre, el que audazmente declaré hace ya tres años como el "Día de Garabitas". Os remito a esta entrada de 2017 para la explicación de esta osada frivolidad. Y a esta de justo hace un año para que leáis el primero de los capitulillos que tiene El cerro de Garabitas, mi segunda novela. En el mensaje de este año os voy a contar algo más de la historia de ese texto.


Hará un cuarto de siglo, año arriba o año abajo, empecé a borrajear algo que titulé Cuatro relatos madrileños, cuatro historias que tendrían en común el protagonismo de la villa que me vio nacer y que se ubicarían en cada una de las cuatro estaciones del año. La única que adquirió algo de cuerpo fue la del invierno, que, como os imaginaréis, fue el germen de El cerro. Más de veinte años durmió el sueño de los justos hasta que me decidí a volver sobre ella y convertirla de relato más o menos breve en novela. Pensé que no estaba del todo mal y, por tanto, decidí probar suerte en una editorial que acababa de conocer. Sé que me repito mucho (mi vanidad me lleva a veces a releer lo que publico por estos pagos), así que no voy a contar aquí esto, pues ya lo hice en su momento (en esta entrada de julio de 2015).

Lo que quiero contar hoy aquí es que después de cinco años y en vista de que la novela apenas se vendía, me decidí a pedir la resolución del contrato que me vinculaba con la editorial Libros.com (a la que siempre estaré agradecido) para poder publicarla por mi cuenta en Amazon. Y allí es donde ahora se adquiere (os pongo el enlace, está tanto en formato papel como Kindle), después de que hiciese levísimas correcciones. Levísimas por poco necesarias, ya que es la única de mis novelas que ha sido sometida al escrutinio de un corrector (que, todo hay que decirlo, tampoco me indicó demasiados fallos).

Pues bien, llegó el "Día de Garabitas", llegan las Navidades y por fin se va este 2020. No voy a expresar deseo alguno sobre el año que viene, ya que el dichoso Coronavirus no sabe ni de fronteras, ni de horas del día, ni de meses del año. El que arbitrariamente consideremos que el 1 de enero se pasa una página y empieza algo totalmente nuevo le da igual a ese amasijo de moléculas que tanto daño es capaz de hacer. He dicho que no voy a expresar deseos, pero de inmediato me retracto. Deseo una vacuna, deseo una inmunidad de rebaño, deseo poder abrazar de una vez a la gente que quiero sin tener miedo a nada más que a producir algún chasquido con la apretura. También deseo que si no sabéis que regalar, probéis con esta novelita madrileña, navideña y creo que optimista. Si es así, muchas gracias y espero que quien la reciba disfrute, casi tanto como yo lo hice al escribirla.

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