
¿Qué había ocurrido? Maribel sabía que la concejala de cultura del ayuntamiento no ocupaba el cargo precisamente por ser una gran gestora, por haberse dedicado de forma notoria a favorecer la cultura en el municipio... La pobre mujer se había quedado sin trabajo y, al ser una militante del partido en el gobierno con bastantes buenos contactos hubo que buscarle una canonjía.
La señora había debido de oir por ahí que las bibliotecas sirven fundamentalmente para que los jóvenes en edad de estudiar estuviesen recogiditos en épocas de exámenes para que no diesen la lata a sus padres y no formasen botellones en las plazas públicas. En definitiva, un medio para tener contenta a la gente e incluso para recoger votos. Esta buena mujer debía de haber visto en algún informativo de la televisión noticias en las que se hablaba de bibliotecas, alumnos y exámenes. Posiblemente había escuchado decir a aquellos devoradores de apuntes que en su casa no podían estudiar por culpa de "las ventanas", "mi hermano pequeño", "la tele" o "la nevera". Que preferían ir a la biblioteca porque como allí veían a mucha gente estudiando buscaban contagiarse de ese ambiente. Pocas referencias a libros, revistas u otros documentos que, casualmente, también suele haber en las bibliotecas. Así que la buena señora se dijo "¿y por qué no?"
Por eso, aquel día que Maribel la había visto entrar en el despacho de su jefe, ya se olía algo malo. "Ésta sólo viene aquí para darnos malas noticias". Que ya no había dinero para suscripciones (había que pagar el campo de fútbol), que querían endosarle la biblioteca a la Comunidad Autónoma...
-¿Qué es lo que pasa? -preguntó Maribel intrigada.
-Quiere que abramos hasta las 10 de la noche y los domingos.
-¿Cómo?
-Lo que oyes.
-¿Y, por qué?
-Porque estamos en época de exámenes y dice que es una demanda de los ciudadanos...
Maribel dejó marchar a su jefe, que sin duda tendría que empezar a hacer encaje de bolillos para poder cumplir con la voluntad de su responsable política; con escasez de personal y de medios tenía que asumir lo inasumible.
"Lo mejor de todo", pensaba Maribel, "es que esta señora quiere abrir hasta las esas horas y en esos días cuando la mayoría de nuestras bibliotecas, en cualquier época del año, abren sólo por la tarde..."
Menos mal que ya era la hora de irse a casa...