26.9.07

¡Pobrecitos niños...!

Hace un tiempo que he dejado bastante de lado algunos asuntos que tiempo ha me acompañaban, como puede ser el narcotizante uso de los móviles en las bibliotecas o el dilema entre biblioteca y sala de estudio. Pero de vez en cuando la cosa se reverdece, como me ha ocurrido esta semana cuando he leído una columna del diario pacense Hoy que se refería al irracional uso que actualmente hacen la mayoría de los alumnos universitarios (y cada vez más los no universitarios) de las bibliotecas, sean del tipo que sean.

Recomiendo leerla antes de seguir.

La columna la firma J. R. Alonso de la Torre y se titula De la mesa camilla a la mesa con Wi-Fi y en ella habla con gracia de las enormes diferencias que hay entre la forma actual de "estudiar" y la que había no hace muchos años, en una mesa camilla que era una especie de caos en el que convergían el padre viendo la tele, la madre dando la papilla al bebé, la hermana limpiando lentejas, la tía rezando el Rosario y el estudiante, que sacaba su carrera a pesar de los perdigonazos de Maizena emitidos por el crío pequeño sobre sus libros y cuadernos.

Eso hoy en día sería impensable. Para algunos, la biblioteca es el lugar idóneo para estudiar y, sin duda tienen razón. Pero no para estudiar como lo hacen ellos. Para aprenderse de memoria un taco de folios subrayados vale cualquier sitio silencioso. Y la noche es para dormir, no para intentar rendir más: estudiar de madrugada, se pongan como se pongan va contra la naturaleza humana.

Gusta leer cosas así después de haber asistido un tanto estupefacto al "culebrón veraniego" que una "multitud" de ciento y pico estudiantes han protagonizado en cierta universidad señera de la piel de toro. Un culebrón que hasta sacó al Rector de sus vacaciones. Es como lo de la programación de algunas cadenas: "¿piden excrementos?, pues démosselos... No dejemos a los pobrecitos niños sin su 'apuntoteca-club social late night' donde se aprenden de memorieta nuestros doctos apuntes..."

(Jolines, parece que me ha vuelto la vena anarcobibliotecaria...)

14.9.07

Serpientes de verano

El comentario con amigos y compañeros al analizar la prensa veraniega ha sido este año unánime: "han dejado a los becarios" (con todos mis respetos para este colectivo, que es tan respetable como necesario que desaparezca). Malas redacciones, noticias cutres... En verano "no pasa nada" (se nos olvidan cosas como Darfur y lo de Perú fue primera plana una semana y media más o menos) y parece que hay que sacar las noticias con sacacorchos. Son las célebres "serpientes de verano", curioso calificativo que parece ser que proviene de las "providenciales" apariciones del monstruo del lago Ness cuando el estío más aburrido estaba.

Second Life no deja de ser fuente de noticias y este verano le ha tocado a este mundo virtual ser una de las "serpientes".

A mediados de agosto una compañera me mandaba un artículo publicado en El país titulado Second Life está desierto: las empresas abandonan el espacio virtual por falta de visitantes. Leerlo podría ser uno de los mejores ejemplos de serpiente veraniega que se podría dar en una clase de periodismo. Sólo una frase puede dar una idea del grado de conocimiento que tiene de Second Life quien escribió el artículo (que en realidad no es más que un eco de otro publicado en la revista Wired):

La principal causa de ese fracaso comercial de SL es que la mayor parte de sus visitantes sólo buscan conseguir dinero gratis o practicar perversiones sexuales.

Si obviamos semejante estupidez, podríamos intentar hacer un análisis serio de la situación que se plantea, si tuviéramos tiempo y ganas y mereciese la pena. Como no es el caso, me limitaré a decir que estamos ante algo que ya suena de antes, de la época en la que el Web empezó a generalizarse y hubo numerosas empresas a las que vendieron la moto de que si no estabas allí no existías sin añadir que no basta con estar, sino que hay que ofrecer algo. Hoy en día suele ser noticia la apertura de "sucursales" en SL, como recientemente ha sido el caso de Infojobs, que apareció hasta en el Telediario. Pero no basta con esto: las empresas (y las instituciones) que sólo buscan aparecer en la prensa acabarán como se dice en el artículo de marras. Quien se decida a aprovechar el gran potencial de un entorno como SL (que puede ser el modelo para el futuro entorno de la Red) tiene ante sí un campo casi inexplorado y excitante en el que, centrado ya en las bibliotecas, se puede mejorar muchísimo la relación con nuestros usuarios, especialmente los más jóvenes.

4.9.07

Lío en la Nacional


Casi llevo 14 años en esta profesión y nunca se había hablado tanto de un director o directora de la Biblioteca Nacional como estos últimos meses. Rosa Regàs sin duda dejará huella, buena para algunos mala para muchos.

Posiblemente todo este bullicio tenga mucho que ver con la accidentada legislatura que nos están haciendo padecer el principal partido de la oposición y sus corifeos mediáticos. La consigna es que nada, absolutamente nada de lo que haga el Gobierno de ZP está bien hecho y la cabecera de nuestro sistema bibliotecario no podía ser una excepción.

Dª Rosa además ha tenido el raro privilegio de tener en contra no sólo a la prensa afín a la oposición (que entre otras cosas, le achaca el grave pecado de "alabar demasiado a la República"), sino también la que apoya al Gobierno, gracias a su presunta "salida de tono" al afirmar que se alegraba de que se leyesen pocos periódicos, lo cual ha sido tomado como una grave ofensa por el llamado "cuarto poder". Declaración sin duda arriesgada por venir de quien venía, pero que se ha sacado de contexto de mala manera mostrando claramente que tal vez la Sra. Regàs no fuese muy desencaminada en sus reproches a una prensa quizá demasiado sectaria y más preocupada en el desgaste de unos y otros que en informar fielmente a los ciudadanos de lo que ocurre.

Pero también Dª Rosa ha encontrado mucha oposición entre los bibliotecarios. ¿Será quizá por otra de sus afirmaciones arriesgadas (que se encontró con una biblioteca del siglo XIX y la ha llevado al XXI)? Yo no voy a entrar a valorar tal declaración, pero sí que he de decir que aún hay demasiada gente preocupada por que delante de un punto y coma no hay espacio, por que no se qué va entre corchetes porque no proviene de no se qué fuente o que pierde un tiempo precioso eligiendo un encabezamiento principal. Y no sé si Dª Rosa se encontró una institución decimonónica. De lo que sí estiy seguro es de que Teresa Malo de Molina, la que verdaderamente corta el bacalao allí, está haciendo todo lo que puede para meterla en el siglo XXI. Espero que la dejen.