30.12.10

Balance 2.0 de 2010

Sé que es un tópico eso de que cuando llegan estas fechas se haga una revisión del año que concluye, pero también sé que es bueno crearse estas referencias para al menos obligarse a volver la vista atrás y reflexionar sobre lo que se ha hecho. 2010 ha sido un año de consolidación de la presencia de nuestra biblioteca, la de la Universidad Carlos III, en las redes sociales, lo cual ha de llenarnos de satisfacción pero sin dejar de tener en cuenta los problemas e inconvenientes surgidos y pensando en los nuevos retos que hemos de afrontar.

Nuestra página en Facebook tiene hoy 973 seguidores, se actualiza con bastante regularidad y según el último informe estadístico que he recibido tiene más de 500 usuarios mensuales activos.

El perfil de la biblioteca en Twitter cuenta ya con 1.143 seguidores y no hay un sólo día en que no se apunten uno o más.

En Tuenti nuestra presencia es variada. Hay cuatro perfiles personalizados, uno por sucursal. Entre los cuatro perfiles tenemos casi 1.600 amigos. Además hay un perfil general con casi 570. Desde este año además se pueden crear páginas; la de nuestra biblioteca tiene 765 seguidores. Aquí lo que nos falta es la posibilidad de que esta página tenga acceso externo sin tener necesidad de estar registrado en Tuenti (como ocurre con las páginas de Facebook) pero en esta red social las respuestas a estas peticiones suelen ser algo tardías...

Además este año ha visto la luz nuestro documento de pautas de uso, que nos sirve de referencia y que pretendemos que esté en continua revisión.

Nuestra presencia desde hace tiempo en estos medios nos ha servido, además, para que la Universidad en su conjunto recurra a la biblioteca para la puesta en marcha de los perfiles y las páginas oficiales en los diferentes medios sociales (que está siendo un éxito; por poner sólo un ejemplo, la página de la Universidad Carlos III en Facebook se acerca ya a los 3.200 seguidores). Ahora mismo estamos colaborando en la elaboración de un documento de pautas para toda la Universidad en una especie de comisión en la que están el equipo de Comunicación Institucional de la Universidad (Pepe Dávila y Celia Fustes), la incansable dospuntocerista Belén Arrogante, que tiene un muy activo grupo de antiguos alumnos en LinkedIn además de no parar ni en Facebook ni en Twitter ni en..., y, por la biblioteca, Honorio Penadés y un servidor.

En cuanto a propósitos para el Año Nuevo, creo que todo se reduce a uno: que estos medios pasen, cada vez más, a ser un lugar más de intercambio que de simple información, que consigamos que los usuarios participen cada vez más en ellos y los vean como una eficaz herramienta para comunicarse con nosotros y no sólo para informarse. Ojalá así sea...

26.12.10

Almérie de Esterházy: ¿la tercera en discordia?


Entre los días 6 y 7 de julio de 1812, Beethoven escribió una apasionada carta de amor a una dama desconocida a la que se ha dado en llamar la "Amada Inmortal" (lo cual es un error de traducción, ya que lo más correcto hubiese sido "mi eternamente amada"). Esta cuestión de cotilleo es uno de los aspectos de la vida del genio de Bonn que más ríos de tinta ha hecho correr. Desde el descubrimiento de la carta, poco después de la muerte de Beethoven, no ha habido biógrafo que no haya querido aportar su candidata entre todas las damas que se sabe que tuvieron relación con el compositor.

Con el paso del tiempo, se hizo una importante criba y dos nombres quedaron como los más probables: los de Josephine Brunsvik-Deym y, sobre todo, Antonie Brentano, la más aceptada después de los casi detectivescos estudios de Maynard Solomon.

Pero hete aquí que en el año 2000 surgió un tercer nombre: el de una mujer que hasta entonces era una perfecta desconocida en toda la literatura beethoveniana, perteneciente a una de las principales familias de la aristocracia del Imperio Austriaco: Almerie Franziska Ursula Esterházy de Galántha.

Curiosamente, la teoría según la cual esta dama era la "Amada Inmortal" de Beethoven se esbozó en los años 60 del siglo XX y su proponente fue un músico e historiador checo llamado Jaroslav Celeda; sus estudios permanecieron inéditos hasta el año 2000, en que fueron publicados en alemán por Oldrich Pulkert y Hans-Werther Küthen y se presentaron en lengua inglesa en el Beethoven Journal de la American Beethoven Society (a la que me honro en pertenecer). Intentaré resumir los hechos basándome en lo que escribe acerca del asunto Peter Clive en su Beethoven and His World.

Almerie fue hija del conde Valentin Ladislaus Ferdinand Esterházy, que estaba al servicio de Luis XVI. Su hija nació, por tanto, en Francia, no se sabe si en Valenciennes o en París y no se sabe si en septiembre o diciembre de 1789. El conde hubo de salir de Francia a consecuencia de la Revolución y la familia no se pudo volver a reunir hasta 1805, cuando se establecieron en Viena y en Eisenstadt.

Celeda sugiere que Beethoven y Almerie se pudieron conocer durante la breve visita que Beethoven realizó a Eisenstadt en 1807 cuando se le llamó allí para presentar su Misa en do mayor. Lo que sí tiene claro es que en 1811 estaban enamorados y que la decisión de Beethoven de ir a los balnearios de Bohemia en 1812 se tomó tras saber que Almerie iba a estar allí. Efectivamente, la joven estuvo en Karlsbad (hoy Karlovy Vary) entre el 29 de junio y el 15 de septiembre de 1812. Beethoven mandó allí la carta, los padres descubrieron el asunto, se opusieron enérgicamente a la relación de su hija con un plebeyo que encima tenía fama de republicano (a pesar de sus conocidas relaciones con la aristocracia e incluso la familia imperial vía el archiduque Rudolph) y la carta se devolvió. Siempre según Celeda, Beethoven logró encontrarse con Almerie y en una escena casi de melodrama, tras no conseguir convencerla de que le siguiese, se dio la vuelta en medio de un campo desolado sin decir adiós.

Aunque Clive dice que la teoría es interesante y tiene algunos argumentos mejores que otras (yo añadiría que, frente a Antonie Brentano, especialmente el hecho de que Almerie era soltera y Antonie estaba casada y sabida es la repugnancia de Beethoven ante el adulterio) por otra parte señala muchas inconsistencias, especialmente referidas a la situación de la familia de Almerie (el lugar y la fecha de su nacimiento, la muerte de su padre, etc., datos todos que contradicen las memorias del conde, publicadas en París por Ernest Daudet en 1905) Por otra parte, Celeda se basó en parte en unas supuestas memorias de Nikolaus Zmeskall, amigo íntimo de Beethoven, que se sabe que son una falsificación. Especialmente chocante es que una de las razones que da Celeda para justificar el interés de Beethoven por Almerie fuese, supuestamente, lo que había pasado la joven durante la Revolución en Francia, lo cual es harto complicado de entender, ya que nació en 1789 y se marchó del país en agosto de 1790.

En definitiva, una propuesta más...

BIBLIOGRAFIA

Esyterházy de Galántha, Almerie Franziska Ursula
en CLIVE, P: Beethoven and His World: A Biographical Dictionary. New York: Oxford University Press, 2001. pp. 105-109.

1.10.10

Renovarse o morir


Andamos como locos en las bibliotecas con esto de los lectores de libros electrónicos. Muchas ya los han incorporado a los servicios que ofrecen y muchas están pensando cómo hacerlo. Esta vez parece que sí que ha tenido éxito este soporte, un éxito que da la impresión que se podría consolidar si, como se prevee, se convierte en uno de los regalos estrella en la no tan lejana Navidad.

Si es así, tal vez podría ocurrir algo semejante a lo sucedido con los teléfonos móviles. En los primeros años 90 eran una especie de lujo o capricho; hoy en día no hay quien no tenga uno o más de uno. ¿Sucederá algo similar con los dispositivos para leer libros electrónicos? Puede ser. En ese caso, otra vez tendríamos que replantearnos en las bibiliotecas qué hacer.

Ahora mismo lo que estamos haciendo es comprar nosotros el dispositivo para luego prestárselo a los usuarios. Pero si en un futuro los usuarios tienen ya el suyo, esto no sería necesario. Los usuarios en ese caso lo que nos exigirían es que pusiéramos a su disposición los contenidos, no el aparato. ¿Qué hacer? Lo lógico sería que desde la biblioteca se ofreciese la posibilidad de descarga de esos contenidos. Algo que supongo es perfectamente posible desde el punto de vista técnico y que sin duda se ha planteado ya. En ese caso nosotros deberíamos poder poner a disposición de los usuarios esos contenidos siguiendo una política de préstamo determinada (es decir, que al cabo de X días se eliminasen de sus dispositivos aunque dándoles la posibilidad de renovación) y también procurar que el formato de lo que se descargue esté lo más normalizado posible para que no sólo se puedan utilizar esos contenidos en un lector de libros electrónicos, sino en cualquier otro, ya sea tableta, teléfono móvil o incluso un PC "de toda la vida" (¡cómo suena esto...!)

Es de suponer que de los muchos formatos que hoy existen quede alguno que prevalezca sobre los demás precisamente por su capacidad de ser leído en múltiples dispositivos. ¿Volveremos a vivir una pugna parecida a la que tuvieron los ya fenecidos sistemas Beta y VHS de vídeo o, más recientemente, la que tienen el DVD y el Blu-Ray?

Claro está, antes serán las editoriales las que vean cómo salir de ésta y cómo ofrecer estos servicios sin perder dinero por un lado y sin pasarse en el precio por otro para que la piratería no haga su agosto. Tendrán que pensar si nos van a ofrecer a las bibliotecas la posibilidad de comprar esos contenidos para que los prestemos mediante descarga (que es lo mismo que hacemos ahora, sólo cambia el soporte) en los dispositivos propios de los usuarios. Para ellas las cosas están yendo demasiado deprisa; vuelvo al símil ya conocido: el tren pasa por la estación a toda velocidad y las dos alternativas son dolorosas: o nos quedamos en el andén, lo perdemos y desaparecemos o nos subimos en marcha, lo cual producirá no pocas magulladuras e incluso roturas...

12.8.10

El experimento "#biblioteca"

Por segundo año consecutivo, un grupo de bibliotecarios de ambos lados del Atlántico intentaron situar la etiqueta "biblioteca" entre los diez asuntos del momento en Twitter. Eso se consigue escribiendo muchos mensajes en los que aparezca escrita esa palabra precedida de una almohadilla (#), lo cual se conoce como "hashtag". Cuantos más mensajes, más arriba estará la etiqueta, que sirve para recuperar todos los mensajes que se hayan escrito con ella. La cita fue el 10 de agosto, entre las 4 y las cinco de la tarde, hora peninsular española.

No se logró, si bien en países como México, que sí dispone de un tablero parcial de etiquetas propio en Twitter, sí que se coló entre las diez primeras.

Y bien, ¿para qué ha servido esto? Los bienpensantes puede que crean que no fue sino otra pérdida más de tiempo de los frívolos alucinados por todo lo que huela a 2.0. Yo me quedo con el valor como experimento del uso de una herramienta para canalizar lo que se ha dado en llamar la "inteligencia colectiva".

No hace mucho apareció un artículo en la prensa en el que se contaba cómo se había empleado un sistema novedoso para resolver un problema científico: un grupo de jugadores en red, muchos de ellos sin experiencia en el campo que se trataban, dilucidaron mejor la estructura tridimensional que adoptan ciertas proteínas que el más potente ordenador imaginable. La inteligencia colectiva humana venció a la tecnología informática más potente.

Las redes sociales y herramientas como Twitter precisamente pueden servir para dar rienda suelta a esa inteligencia colectiva, a salir del aislamiento y poder apoyarse en otros para resolver los propios problemas. Algo muy sencillo, como se puede ver. No hay que entrar en grandes análisis y teorías sobre la Web social para darse cuenta de lo útil que puede llegar a ser.

Ahora bien, si estamos encantados en nuestro ortodoxo aislamiento, rodeados de los Libros que todos sabemos, pues probablemente podamos seguir pensando: "pero qué juguetones y qué desocupados están estos muchachos."

10.6.10

Abismos


Un amigo me contó que el otro día tuvo dos reuniones. En la primera se trataba de hablar de redes sociales, de como utilizarlas de forma coordinada, de establecer unas pautas para no caer en el caos, etc. Acto seguido tuvo otra, que iba sobre "simplificación de procesos en catalogación". Me dijo que fue como pasar del siglo XXI al XIX en cuestión de minutos.

¿Qué quiero decir con esto? Que se abre un abismo que divide a los profesionales de este mundillo. Por un lado, aquellos que piensan que el mundo de las bibliotecas se reduce a la catalogación de libros y que todo lo demás no son sino cosas añadidas que a veces hacen gracia pero casi siempre quitan tiempo para lo importante, esto es, conseguir dar con el perfecto encabezamiento principal. Y por otro aquellos que creen que no subirse al tren de la tecnología y de los nuevos modos de comunicarse implicará que la vía por la que tranquilamente llevamos transitando miles de años acabe completamente desmantelada.

Demasiadas veces hay que escuchar aquello del "ojalá tuviera tiempo para hacer eso" cuando se habla de trabajar en redes sociales (no digamos nada cuando lo que sale a relucir es algo un poco más "friqui" como Second Life). Demasiadas veces deja traslucir esa frase la idea de que "lo importante aquí es lo que yo hago; lo tuyo no es más que una moda y una diversión".

Y así llegamos al puntito de la diversión. ¿Es malo que el trabajo que se desempeñe en la biblioteca sea, además, divertido? ¿Es malo que quitemos a nuestros organismos el polvo y la polilla que habitualmente parecen rodearlos? ¿Es un oxímoron la expresión "biblioteca divertida"?

Pero bueno... No hay remedio y quien tiene las sacrosantas Reglas como su Biblia difícilmente cambiará de parecer. Pero la realidad es tozuda y con el tiempo lo intangible, lo "incatalogable" según las divinas Reglas se acabará imponiendo y tal vez entonces la "pérdida de tiempo" de los "juguetones" de hoy en día se verá de una forma muy diferente.

28.4.10

El Día del Libro en Colmenarejo


Otro Día del Libro (a secas) que celebramos de la mejor de las maneras: vinieron de nuevo nuestros vecinos del Colegio "Las Veredas" (seis clases de 3º y 4º de primaria) a pasar un rato agradable con nosotros. Los críos son alucinantes; aunque su mayor afán era pegar gritos por los micrófonos del Aula Magna, algunos hicieron preguntas tan increíbles como "¿para que sirven los tejuelos?" Sí, yo también me quedé de una pieza.

La mayor dificultad era cómo entretener a 120 niños de 9-10 años durante tres horas. Mi idea tenía que ver mucho con el aire libre, así que puse unas velitas a la AEMET para que no se cumpliese ese siniestro 95% de posibilidades de lluvia que anunciaba. Después de la presentación (en la que participaron Miguel Ángel Patricio, vicerrector adjunto del campus y Gregorio Peces-Barba, sí, nuestro antiguo rector), hicieron una visita por la biblioteca (se portaron mejor que muchos de los alumnos de bachillerato que habitualmente vienen por aquí), tomaron su bocata de media mañana y luego jugaron a lo que les había yo preparado: En el jardín botánico del campus escondimos unos sobres con pistas que les llevarían a encontrar varios libros, que a su vez tenían dentro unos sobres cuyo contenido, todo junto, formaba la frase "GRACIAS POR VENIR" (la verdad es que se llevaron un planchazo cuando lo vieron, yo les había anunciado una "sorpresa" y posiblemente se esperaban otra cosa...)

La gracia es que se hicieron todas las trampas habidas y por haber: se escondieron sobres, los cambiaron de sitio... Todo para ser los primeros en llegar. Y lo más curioso es que el grupo que ganó fue precisamente uno de los pequeños, de los de 9 años.

El caso es que disfrutaron de lo lindo: vieron cosas diferentes, hablaron por micrófonos, se tiraron por el césped... Y después de irse allí no había pasado nada, ni un papel en el suelo, nada roto... En fin, una aventura para ellos y para nosotros.

18.2.10

Glosario jocoso

Quiero romper con esa teoría que empieza a extenderse, según la cual quienes frecuentamos las redes sociales olvidamos nuestras bitácoras. Y como no se me ocurre nada serio que decir, empezaré mi particular glosario jocoso, con una serie de definiciones propuestas pero no definitivas y así de paso me río de mí mismo.

BIBLIÓFAGO

1. Insecto de la familia de los lepismátidos que devora el papel de los libros.
2. Dícese del bibliotecnario que desea se declare especie protegida a los bibliófagos.

BIBLIOTECNARIO

Bibliotecario converso, habitualmente miembro de la cofradía del bit, enemigo declarado de todo átomo que se cruce en su camino y que aboga por una completa virtualización del servicio, incluido él mismo; por ello suele ser fan de "Código Lyoko" y posee al menos tres avatares en Second Life.

BIBLIOTERCA

Organismo gestionado por bibliotercos.

BIBLIOTERCO

Dícese del bibliotecario que quedó anclado en la época en la que un ordenador ocupaba lo que un transatlántico y hacían falta tres títulos del MIT para manejarlo; por eso, renegaron de él; es feliz entre etiquetas, indicadores y armaritos de fichas. Úsase también bibliotercario o biblioterciario.

CATÓLOGO

Arqueólogo especializado en bibliotecas, especialmente en papiros antiguos como los encontrados en Ras-Calhair (Mesopotamia, conocido como el RC), en la cueva de Agra-Angwar, cerca de Chenai-Raipur, India (el AACR) o la Invocación Sagrada de Baal-Deimos (ISBD).

DOSPISTADO

Bibliotecnario
especializado en dospuntocero que se ha olvidado de todo lo demás, es más, se ha olvidado de que hay un mundo real.

DOSPUNTOCERO

Dícese de todo lo nuevo novísimo de la muerte; se cree que su origen está en la calceta, especialmente en aquellas labores que crean nudos o redes (dos puntos, punto al aire, de ahí: dos puntos cero - dos punto cero).

MARC-CIANO

Biblioterco
que se alimenta de formatos MARC.

¿Continuará?

21.1.10

Tres propósitos 2.0 para 2010

Topicazo, topicazo... Siempre que comienza un año acudimos al topicazo de los "buenos propósitos", como si el mero cambio de calendario en la pared pudiera suponer que nuestra vida dará un vuelco... Sea como fuere, no está mal aprovechar esta un tanto artifical catarsis para intentar proponerse cosas; luego se verá si se cumplen.

Yo, prudente de mí, me planteo sólo tres cosas, relativas a la Web social y al uso que de ella estamos haciendo en mi biblioteca, que espero no sean excesivamente difíciles de cumplir:

1 - Normalizar su uso: Es decir, que deje de ser una especie de "manía de entusiastas" y se convierta en una herramienta más de las que utilizamos en el día a día, semejante a nuestros sistemas de gestión del préstamo, las adquisiciones o la catalogación. Para ello se ha formado un grupo de trabajo que espero funcione a las mil maravillas. También espero que arranque pronto y que adquiera la velocidad de crucero en poco tiempo.

2 - Racionalizar su uso: Yo mismo soy de los que opinan que en un campo como éste es muy difícil planificar ya que si nos detenemos en grupos de trabajo, grupos transversales, comisiones y subcomisiones para decidir si se usa algo o no, cuando se llegue a una conclusión podría ser que ese algo esté ya obsoleto y haya que empezar de nuevo. Por eso otra de mis pretensiones es "racionalizar" el uso de las herramientas 2.0 para que no sean una mera réplica de la información que ya se presenta en la página Web, sino que sirvan precisamente para recoger lo que allí no puede aparecer y para que haya una comunicación más fluida con los usuarios. Una de las ideas es crear una especie de protocolo de calidad semejante al que tiene la Biblioteca de la Universidad de Sevilla.

3 - Seguir explorando: Me encanta el concepto de "beta permanente". Éste es un mundo cambiante y no es un disparate pensar que dentro de cinco años puede ser que el panorama se parezca al actual como un huevo a una castaña. Probar, probar y probar, todo lo que salga, todo lo que vaya apareciendo. Experimentar conlleva que se produzcan muchos fracasos, nada se consigue a la primera, salvo raras excepciones, y puede haber esfuerzos que no conduzcan a nada, pero merece la pena.

Ya veremos si estos propósitos llevan a algún sitio.

P.S.- No digo nada de Second Life, pero ahí también hay planes interesantes... lo que pasa es que no dependen sólo de la biblioteca. Si hay novedades, las contaré por aquí.