13.5.09
Miedos compartidos, pero cada uno por su lado...
Acabo de asistir a unas interesantes Jornadas sobre la comunicación en las redes sociales que ha organizado el Instituto Universitario "Agustín Millares" de mi Universidad (UC3M). En principio creí haber metido la pata, porque como en el título no se especificaba el tipo de "comunicación" resultó que era una reunión de periodistas. Pero lo curioso fue que, a medida que iban avanzando las ponencias, me di cuenta que si sustitíamos las palabras "periodista" y "periódico" por "bibliotecario" y "biblioteca" no hubiese pasado nada. No sólo porque ellos también se quejaban de los "muy apegados" al papel (léase en nuestro caso las Reglas de Catalogación) que no quieren saber nada de estas cosas, sino por su miedo, ante la llegada de las redes sociales, a perder el papel tradicional que les ha correspondido como mediadores entre la información y sus receptores.
Quizá los bibliotecarios sentimos esto antes, con la llegada masiva de Internet a nuestras vidas; en el fondo para ellos entonces la cosa no fue más que la adaptación a un nuevo formato. Pero las posibilidades que dan herramientas como las bitácoras, que permiten a cualquiera publicar lo que desee para un público más o menos amplio (pero que potencialmente es todo aquél que esté conectado a Internet) sí que rompieron totalmente sus esquemas.
Ante eso ¿qué hacer? ¿Cuál sería su nuevo papel? Pues ante tal cúmulo de información que nos llega queramos o no, alguien tiene que seguir siendo ese intermediario que filtre, seleccione y ayude al usuario para que la información que le llegue sea realmente la que busca, le sea últil y le ayude a crear opinión y a ver las cosas desde un punto de vista crítico. ¿Nos suena?
Sí, eso es lo que muchos bibliotecarios sitúan (situamos) ahora bajo el cartel de "alfabetización en información". La tecnología sacudió nuestras venerables y (a veces) vetustas instituciones y nos arrastró a asumir nuevos papeles. Y ese es uno de los más importantes. Los periodistas opinan igual... Ahora bien: el ponente dijo que "estaban solos en su tarea". Yo no pude resistirme y repliqué que nosotros queríamos asumir la misma tarea (y en algunos casos lo estábamos haciendo) y que incluso contábamos para ello con ayuda oficial... ¿No sería mejor trabajar juntos (o al menos unos a la vista de los otros) ya que manejamos el mismo material, la información? No es mejor converger para llegar al mismo punto que ir, cada uno por su cuenta, en paralelo...?
(Quién me ha visto y quién me ve... Yo, por ahí, defendiendo la ALFIN...)
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