Organización del espacio y la circulación
Es fundamental: los usuarios han de poder ver desde fuera el interior de la biblioteca. Es la mejor forma de atraer a los no usuarios; además podemos (o tenemos que) contar con unas entradas amplias, unos espacios abiertos y una posibiliudad de salida clara y bien señalizada.
Organización y distribución de la biblioteca
Los servicios, a partir de la entrada a la biblioteca, se han de organizar según su facilidad de uso y su interés general. Los más fáciles e interesantes primero y a partir de ahí los demás. En la entrada es mejor poner lo más informal, lo cual inspirará confianza a los que acudan por primera vez. Con un buen diseño y una buena iluminación, se conseguirá que el usuario vea muy positivamente el entorno con el que está entrando en contacto. Se pondrán en esta zona las informaciones generales sobre la biblioteca y sobre la localidad en la que se encuentra, junto con un mostrador de información general para los usuarios. Se podrán presentar aquí las nuevas adquisiciones además de realizar exposiciones y otras actividades. La zona ha de ser distendida, una preparación para acceder a otros servicios, que serán más complejos a medida que nos alejemos de la entrada.
La señalización
Una buena señalización es la que permite a los usuarios moverse por la biblioteca con facilidad sin que tengan que recurrir continuamente a su personal. En bibliotecas de nueva creación, lo mejor es que todos los servicios se puedan contemplar desde la entrada. Eliminando la compartimentación de espacios se facilita la orientación y circulación y se simplifica la señalización. En edificios antiguos, con poca visibilidad de los servicios y compartimentación es necesaria una señalización más completa que en muchas ocasiones se deberá apoyar en planos de situación y códigos de colores que faciliten la localización de los servicios.
Hojas informativas
Además de los folletos que las bibliotecas suelen poner a disposición de sus usuarios para explicar su funcionamiento, los servicios ofrecidos y las condiciones para acceder a ellos, es aconsejable tener hojas informativas de cada servicio para no aturullar a los usuarios con un exceso de información en un solo espacio. Así, también, la biblioteca se puede adaptar a los diferentes grupos de usuarios. Es aconsejable utilizar un lenguaje coloquial para explicar los servicios más sencillos a un público amplio; el lenguaje técnico, siempre empleado con mucha cautela, se dejará para los servicios más complejos. Las hojas informativas son un medio barato de informar sobre los servicios: se pueden editar en programas informáticos muy asequibles y extendidos y se pueden reponer y actualizar de manera inmediata.
La presentación de los fondos
Una biblioteca con estanterías abarrotadas de libros que sólo muestran sus lomos es muy útil para los bibliotecarios, pero es un problema para muchos usuarios. Mucho mejor es no tener las estanterías llenas e incluso utilizar un mobiliario que permita mostrar los libros de lado, especialmente en las zonas cercanas a la entrada. Para captar usuarios quizá incluso sería bueno prescindir de la CDU que, sí, es muy enciclopédica y sistemática, pero es bastante ininteligible incluso para muchos bibliotecarios, y sustituirla por un agrupamiento de fondos por centros de interés.
Sugerencias de lectura
Desde la biblioteca se puede orientar a los usuarios en el maremágnum de publicaciones que continuamente aparecen. Partiendo de suplementos literarios de periódicos y de publicaciones especializadas se puede presentar al potencial lector una información que le ayude a elegir. Estas presentaciones son un complemento muy eficaz a las habituales guías de lectura; se pueden elaborar en todas las secciones de la biblioteca y situarse en diferentes lugares. Si se realizan con variedad de criterios y se intenta que lo presentado sera lo más plural posible, facilitarán el encuentro entre el usuario y lo que busca. Se pueden asimismo complementar con exposiciones periódicas de los fondos de la biblioteca.
Formación de usuarios
La formación de usuarios es un aspecto muy complejo que requiere un tratamiento diferenciado, pero dentro del campo en que nos movemos se pueden señalar algunas ideas útiles:
- Realización de visitas guiadas a la biblioteca, práctica muy habitual en las bibliotecas públicas europeas con la que se favorece el acercamiento espontáneo de los usuarios para que sepan qué se les puede ofrecer.
- Sesiones de aprendizaje del manejo del catálogo
- En momentos de gran afluencia un bibliotecario se puede ir moviendo por la biblioteca para orientar a los usuarios que pululan sin rumbo por ella sin haber consultado en los puntos de información general.
El horario de la biblioteca pública se ha de adecuar a las costumbres y forma de vida de la población a la que atiende. Un horario amplio, sin embargo, puede conllevar el problema de la coordinación e integración del personal, que pertenece a turnos que no coinciden. Hay quien ha propuesto que para favorecer la coordinación se cierre una mañana o una tarde a la semana, como se hace en otras instituciones culturales como los museos. El personal es una pieza clave en la atención a los usuarios: si está motivado, si tiene una buena formación, si está acostumbrado al trabajo en equipo y a la delegación de funciones contribuirá decisivamente a la buena marcha d ela biblioteca. Quizá éste sea uno de los asuntos más peliagudos de todos...
Continuará...
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