10.10.07

La Torre de Babel bibliotecaria (contra el argot y las jergas)


Quienes hayan tenido la deferencia de leer mis mensajes, sabrán que soy un acérrimo defensor del buen uso de la lengua castellana o española frente a aquellos que tienen como máxima "lo importante es que se entienda lo que queremos decir, no cómo lo decimos". Son los que gustan del extranjerismo innecesario, del palabro de nuevo cuño que sustituye un vocablo ya existente pero que no parece lo suficientemente altisonante, los maníacos de las siglas y demás. No es que lo deje por imposible, pero me he relajado ya un poco ante ello. Eso sí, espero no ser nunca miembro de un tribunal de oposiciones, porque no sé que haría ante un ejercicio lleno de "implementaciones", "informacionales", "priorizaciones", "feedbacks", "managements" y otras lindezas...

Últimamente estoy más preocupado por otro uso del lenguaje que, sin ser incorrecto, entorpece la imprescindible fluidez de las relaciones entre la biblioteca y quienes la usan: la jerga, el argot, el uso de términos propios como si todo el mundo los entendiese.

Está claro que el uso de jergas profesionales no es privativo de los bibliotecarios: médicos, mecánicos, conductores de autobús tienen palabras que les son propias y con las que se entienden perfectamente entre ellos. Pero igual que un médico ha de explicar con palabras llanas al lego en la materia en qué consiste su mal, nosotros los bibliotecarios deberíamos dejar de lado el lenguaje que utilizamos entre nosotros para dirigirnos a nuestros usuarios. Hemos de aparcar lo de "monografías", "obras de referencia", "publicaciones seriadas", "alfabetización en información", "formación de usuarios", "asiento bibliográfico", "encabezamiento principal", etc, etc, etc. Son términos que están muy claros para nosotros, pero que a los usuarios no hacen sino confundirlos. Dejémoslos para nuestras reuniones o publicaciones profesionales, que ahí están muy bien, pero olvidémonos de ellos si queremos que los usuarios nos entiendan o sepan qué les ofrecemos.

Tengo en la memoria un ejemplo muy clarito que me expusieron años ha en una visita a la biblioteca de la Facultad de Económicas de la Complutense. Allí convocaban regularmente el típico curso de formación especializada con el título que casi todos le ponemos: "Recursos de Información Electrónicos en Economía" o algo así. El resultado es que no se apuntaba ni el gato. Entonces a alguien se le ocurrió rebautizarlo como "Internet para economistas" y el éxito fue fulgurante. Sólo con ofrecerles a los usuarios algo que entendían su respuesta fue mucho mejor.

Estando enzarzado estos últimos meses con Second Life es cuando más he pensado sobre esto. Un medio como ése es algo muy familiar para las generaciones de jóvenes que nos están llegando a las universidades, es como hablar en su idioma. Utilizando una frase de Juan Cueto, hemos de adaptarnos a ese lenguaje porque

El problema, y no sólo el pedagógico, es sencillamente el profundo duelo generacional entre esos nativos digitales que vinieron al mundo con los bits bien puestos y esos inmigrantes digitales que intentamos reciclarnos para los usos y costumbres de la nueva galaxia.

Cueto se refiere a las nuevas tecnologías, pero creo que el concepto es aplicable a todo, empezando por el lenguaje hablado o escrito que utilicemos. Apliquémonos al cuento.

3 comentarios :

Grine dijo...

En mis pocos meses de trabajo en una biblioteca pública me di cuenta enseguida de cómo miraban los usuarios a mi compañera cuando les decía que podían consultar los libros que había en la biblioteca en el OPAC... Con lo fácil que es decir catálogo o en el ordenador que está allí...
Siempre pienso que hay que adaptarse al vocabulario de la gente a la que te diriges, porque si no es como sembrar en el viento.

Paco López-Hernández dijo...

Pues imagínate algo así como este diálogo:

-Perdone, buscaba un libro sobre matemáticas aplicadas.

-Estupendo: busque en el OPAC y anote la signatura topográfica o en todo caso el encabezamiento principal del asiento bibliográfico. De esa manera sabremos en qué colección está la monografía en cuestión. Si no sabe hacerlo, no se preocupe, porque puede asistir a algunas de las sesiones de alfabetización en información que hay en nuestro centro de recursos para el aprendizaje y la investigación, basados en páginas de enlaces a recursos electrónicos con un gran valor añadido. Después les pediremos que nos rellenen unas encuestas, porque su feedback es fundamental para que implementemos mejoras en el management de nuestro centro siguiendo los principios de la excelencia y de la calidad total.

Bueno, no sigo porque podría no parar...

Paco López-Hernández dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.