20.3.17

"El violín Mondrago": tercera entrega de los casos de la inspectora Gutiérrez


Os quiero presentar la tercera de las novelas que he dedicado a la inspectora Susana Gutiérrez, El violín Mondrago. Es la primera que escribí luego de aprovechar ideas antiguas en los dos casos anteriores, esto es, El cuaderno de Chamberí y El monte sagrado. Aquí partí de cero, no había material previo que quisiera emplear, todo es nuevo. Hablemos sobre su germen; para ello he de remontarme casi un cuarto de siglo.

Sin falsa modestia, me he de considerar un pionero de Internet en España. Tengo correo electrónico desde 1993 -cuando aún no habían nacido muchos de los que hoy en día creen que la Red ha existido desde siempre- y mis primeros pasos en la World Wide Web los di con Lynx, un navegador que aún no utilizaba gráficos.

Cuando todavía quedaban unos cuantos años para la llegada de las redes sociales, allá por 2002, hice mis primeros pinitos en un modelo de Web más participativa, el origen de eso que se dio en llamar Web 2.0: los foros. Siempre he sido un gran aficionado a la música llamada clásica y nunca he tenido a mi alrededor a nadie que compartiese esos gustos. Por eso, encontrar entonces los foros de Internet en los que se hablaba de este tipo de música fue para mi todo un descubrimiento. Por fin podría intercambiar opiniones e ideas con gente con la que podría hablar sin que se riesen en mi cara o me hiciesen saber de una u otra manera que lo que estaba hablando no interesaba... Todo fue de maravilla hasta que a alguien se le ocurrió por primera vez comentar una interpretación de las Variaciones Goldberg de Bach por Glenn Gould... en un piano.

Se abrió la caja de los truenos. Los partidarios de una interpretación historicista, esto es, de que se utilizasen instrumentos y técnicas que hubiesen existido en la época en la que se compuso la obra (y, en el caso que nos ocupa, los pianos no se inventaron hasta mucho después), decían de todo a quienes defendían -y disfrutaban- la peculiar forma de entender esta obra del excéntrico pianista canadiense. Pero el problema no era que el debate fuese apasionado, sino que se llegaba al insulto más soez e incluso a la amenaza. Más adelante supe que alguna pelea en foros de este tipo había terminado en los juzgados. También sufrí en mis propias carnes las iras de algunos contertulios en una época en la que tuve la humorada de ofrecerme como moderador de uno de ellos... Yo, desde luego, no me esperaba actitudes de este tipo en unas ágoras que imaginaba plácidas, cultas, con gente hablando de una manera muy tranquila y elevada sobre música y músicos...

Por ahí me vino la idea para esta novela, que una disputa de este tipo -esta vez con las extraordinarias Sonatas del Rosario de H. I. F. von Biber como protagonistas- pudiera acabar en un asunto que tuviera que investigar Susana. En esta ocasión hago intervenir a su padre, Cristóbal, que se dedicaba a la música como profesional, organizado y gestionando conciertos y otros eventos. Será él quien pida a su hija que se implique en el caso. Primero habrá un robo, luego... Ya lo veréis si leéis la novela. Como siempre, os reproduzco aquí lo que está puesto en la contracubierta, que da alguna que otra pista sobre lo que contiene el libro:

Ante la ausencia de homicidios en su jurisdicción, la inspectora Susana Gutiérrez se hace cargo de un caso muy especial, pues se trata de un favor que le pide su padre. A una joven y caprichosa diva le han robado el magnífico violín que le había fabricado el prestigioso lutier Pierre Mondrago y que pensaba estrenar en su presentación en Madrid con las Sonatas del Rosario de Biber.
Un caso en apariencia sencillo se complicará a causa de las increíbles rencillas que existen entre algunos aficionados a la música antigua y el resto por no aceptar que se interprete una obra barroca con criterios modernos. ¿Podrían llegar a la extorsión y hasta el asesinato por defender sus gustos?

En definitiva, una obra en la que saco a relucir otro de mis (muchos, tal vez demasiados) vicios: la música, y en la que, además de intriga, he pretendido que el humor esté siempre presente. Ya me diréis si lo he conseguido. Podéis haceros con la novela, tanto en formato papel como para Kindle, en Amazon. Aquí tenéis el enlace.

(Como curiosidad, os diré que en esta novela he introducido un personaje que se convertirá en alguien muy importante para Susana. Yo no tenía intención de hacer tal cosa, fue a sugerencia de mi mujer y mi hija, una sugerencia a la que hice caso...)

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